Las canciones que hicieron de Vicente Fernández una leyenda volvieron a escucharse a todo pulmón en la Plaza de Toros Nuevo Progreso en voz de El Potrillo. Heredero del talento del Charro de Huentitán, Alejandro Fernández le hizo un gran homenaje a su padre en el concierto De Rey a Rey, en el que probó que ya tiene la corona puesta.
Aunque la cita estaba programada a las 20:30 horas del sábado, las luces se apagaron casi a las 22:00 horas. Dos trompetistas marcaron la entrada del cantante que arrancó con un cálido recibimiento de su gente. “Hermoso cariño”, “Lástima que seas ajena”, tema en el que hizo la primera reverencia a su padre "¡Arriba a Vicente Fernández!" respondido por la ovación del público que siguió cantando “Te diré”.
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“Gracias por acompañarnos, esta noche vamos a rendir un homenaje a uno de los cantantes más grandes, Vicente Fernández”, exclamó. “Nos vamos a enamorar vamos a cantar y vamos a celebrar juntos la música más hermosa de todo el mundo que es la música mexicana (...) les juro que está noche la vamos a pasar increíble”, y lo cumplió.
¿Por qué se retrasó el inicio del concierto?
Antes de seguir, se disculpó por la tardanza y reconoció que se complicó por el partido de las Chivas en el Estadio Jalisco, que no estaba contemplado. “Que está jugando algo así como las Chivas, algo así”, bromeó con la gente, entre risas, rechiflas y aplausos, mostrando su corazón atlista.
Entonces siguió su cortejo al público tapatío. “No estuve”, “Hoy tengo ganas de ti”, “Qué voy a hacer con mi amor”, “Qué lástima”, “Te olvidé”, “Me hace tanto bien”.
No se veía ni un asiento vacío en la plaza, y cada uno empezó a vibrar entre tequilas y cerveza para bailar juntos a las dos coristas que subieron al escenario para acompañar a Alejandro Fernández con su éxito “Sin tantita pena”, con un arreglo de percusiones que se mezcló sin problemas con el mariachi que brilló toda la noche. El tema, sin duda, fue uno de los más aplaudidos y disfrutados por la gente.
El Potrillo se dejó querer por sus fanáticos
“¡Seguimos!”, lanzó El Potrillo. Ni un segundo de descanso, para cantar “Un millón de primaveras”, en la que recibió un arreglo de rosas por una pequeña fan que logró acercarse al escenario junto a su mamá; como todo un caballero, tomó una de las flores y se la dio a la niña emocionada.
“De qué manera te olvidó”, “Acá entre nos” sonó a todo pulmón, “¡como homenaje!”, exclamó, y más fuerte se escuchó la canción, que el Potrillo terminó con una seña al cielo.
Siguió con “La ley del monte”, y dedicó la siguiente “a todos los que les gustan los caballos”: “El Potrillo encantador”.
Con “Volver, volver” enchinó la piel a más de uno con la potencia de su voz. “¡Qué se escuche en todo Guadalajara!”, y no hubo quien se sumara al intenso coro. Y la intensidad fue perfecta para el clásico “El Rey”, y no podía faltar la imagen de Chente, que terminó el público.

“A mí manera” la cantó especialmente “a mi madre, que está aquí presente”; Doña Cuquita agradeció el detalle, se levantó en la primera fila, y saludó a la gente que la aplaudió.
Después de “Felicidades”, consultó a la gente sobre cómo quería el repertorio, “Guadalajara manda”, y pidió un setlist que alternara temas de él y su padre.
Así interpretó juntas “Sí tú supieras”, “Y yo no sé olvidar”. A una hora del show, Alejandro pidió a la gente que se pusiera de pie para “Sé que te duele”, y respondió cantando y bailando junto a él. “Me dediqué a perderte” y “Canta corazón”.
El cantante sorprendió con “Cobijas” cover de Alfredito Olivas, que cantó con mucho sentimiento. “Se me va la voz” fue enmarcada por un juego de luces que captó todas las manos que ondeaban al ritmo de la música.
El Potrillo cumplió su promesa y enamoró a los tapatíos
“Gracias, Guadalajara!”, expresó y dejó el escenario entre aplausos y gritos que pedían una más. Las súplicas fueron escuchadas y El Potrillo volvió para cantar “Que seas muy feliz”, “Caballero”, “Difícil tu caso”.
“Ahora sí es la última", advirtió, y cantó “Mátalas”. Pero el público no estaba listo para dejarlo ir, y él fue complaciente. El clásico “Como quien pierde una estrella” fue ideal para cerrar la noche, un tema que marcó sus inicios y ahora canta como Rey.
Antes de irse pidió aplausos para sus músicos, que brindaron un espectacular e impecable acompañamiento las casi dos horas de concierto. El Potrillo prometió y cumplió: Enamoró de principio a fin.
Invitados especiales arribaron al concierto
Doña Cuquita llegó escoltada por sus seres queridos a la Plaza de Toros y recibida entre aplausos de la gente; así como Alex Fernández, que en el camino a su lugar se tomó todas las selfies que le pidieron.
La sorpresa fue la llegada de Sergio Checo Pérez, que desató la euforia de la gente y le gritó “Checo!, Checo!”, a lo que el piloto tapatío sonrió y saludó a la multitud.
OV