Que valdría la pena recordar a los 3 mil 422 candidatos y candidatas de la elección judicial que una de las infracciones más graves del proceso es vincularse con partidos, incluido el uso de frases de referencia de algún movimiento político, lo que puede ser el fin de sus aspiraciones. No está de más la mención, pues ayer las ministras Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Lenia Batres estuvieron a punto de tocar raya, pues una habló de “la transformación”, otra insistió en ser llamada “ministra del pueblo” y la tercera, de plano, en su recorrido casa por casa, recordó “lo que decía Andrés Manuel”. Queda para el registro.
Que, por cierto, la presidenta Claudia Sheinbaum impugnará la restricción que aprobó el INE para que ningún nivel de gobierno, incluida ella desde su conferencia mañanera, pueda promover la elección judicial, pues en esta ocasión se aplican las mismas reglas de equidad que en cualquier otro proceso electoral. Veremos qué resuelve el Tribunal Electoral, cuya postura está entre dos aguas: permitir que haya manos gubernamentales o llamar a esas autoridades a que cedan sus tiempos oficiales si es que quieren apoyar de alguna forma.
Que en Atizapán, Edomex, aseguran que ya no hay vuelta de hoja y que el próximo candidato a la presidencia municipal por Morena será el empresario Luis Montaño, debido a la cercanía que mantiene con la cúpula partidista, aunque hay quienes como la diputada federal Ana Balderas y el diputado Román Cortés, ambos panistas, tienen su veladora encendida. A ver.
Que Julio Berdegué y su equipo ya decidieron pasar la guillotina en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural para limpiar esa dependencia, donde hay priistas y panistas que tienen hasta cinco sexenios. ¿Llegará el turno a Rosa Aguilar, abogada general y amiga personal de Luisa María Calderón, hermana del ex presidente? ¿O de Nancy Mejía, titular de Comunicación Social, quien el sexenio pasado fue despedida por Román Meyer de la Sedatu por sus vínculos manceristas? Eso se sabrá en los próximos días.