La inflación de Estados Unidos cayó más de lo esperado, alcanzando 2.8 por ciento en febrero, lo que fortalece los argumentos a favor de que la Reserva Federal recorte las tasas de interés ante las señales de desaceleración del crecimiento en la economía más grande del mundo.
La cifra del índice anual de precios al consumidor (IPC) se ubicó por debajo del 3 por ciento de enero y de 2.9 por ciento que esperaban los economistas, de acuerdo con una encuesta realizada por Reuters.
Las acciones estadunidenses han caído en las últimas semanas, pero subieron luego del anuncio de inflación: el índice S&P 500 cerró con un aumento de 0.5 por ciento, el Nasdaq Composite, de gran peso tecnológico, sumó ganó 1.2 por ciento.
Los mercados de futuros valoran dos recortes de tasas este año, con una probabilidad de alrededor de 85 por ciento de un tercer recorte, ligeramente superior a la expectativa de antes de la publicación de los datos.
El banco central de EU se enfrenta a un difícil acto de equilibrio mientras intenta reducir la inflación sin desencadenar una recesión, en medio de crecientes temores de que la agresiva agenda económica del presidente Donald Trump esté obstaculizando el crecimiento.
Las empresas y los mercados financieros se ven sacudidos por la caótica implementación de los aranceles del presidente a los principales socios comerciales de EU que se ha caracterizado por una serie de escaladas repentinas y cambios de rumbo.
Los precios de los huevos, un factor importante en la sólida lectura de enero, volvieron a subir durante el segundo mes del año, con un aumento adicional de 10 por ciento mensual, lo que representa un incremento anual de 59 por ciento.
“Son buenas noticias, sin duda, pero creo que no debemos exagerar”, dijo Ryan Sweet, economista jefe para Estados Unidos de Oxford Economics. “Los aranceles a China entraron en vigor en febrero, y puede ser demasiado pronto para que se refleje en esta ronda de datos”.
