¿La comprobación más amarga de la existencia? Todo es permitido…de ser así la libertad no tiene ningún sentido ¿dónde queda la esperanza? En algún canal de aguas negras, ahí…en ese fondo mugroso los huesos de la conciencia están enterrados, nadie quiere verlos y por lo mismo: nadie desea reclamarlos. El camión avanza, estoy sobre Congreso de la Unión y Eje 2. Elegí ventana para ver las franjas con mayor claridad y amplitud. La primera sorpresa del trayecto varios minutos después es: un refrigerador abandonado con la puerta abierta afuera del Metro Santa Anita [inaugurada en 1981], cuyo símbolo es una persona en una canoa. El animal metálico viejo tiene su puerta-corazón en plena ostentación escandalosa hacia nosotros: personas curiosas mirando su metal vintage; por lo que muestra en algunos fragmentos, antes poseía un brillante color menta. Miramos con desdén o alegría su puerta vencida por décadas y batallas de intemperie o tal vez de hartazgo. Lleva cosas podridas en su interior…la vieja puerta cansada de contener ya no siente temor de evidenciar ese sentimiento. Estamos en Iztacalco…decidí bajarme para observar los murales de la estación. La línea verde agua, la 4, fue la primera con tren elevado, primero construyeron el tramo Martín Carrera-Candelaria en 1981. Después vino el segundo: Candelaria-Santa Anita. El profundo Lago de Chalco surtía de flores & legumbres al Centro de nuestra ciudad, un día decidieron secarlo, es decir: destruirlo. El proceso empezó lentamente desde 1827, ese lago que se desbordaba en tiempos de pueblos originarios, hasta hoy continúa luchando por reconstruirse totalmente. Pese a la basura que ronda las inmediaciones, gaviotas se acercan, ¿vamos bien? No lo sé, siempre quitan agua a unos para dársela a otros. El ecocidio de un río para permitir la expansión poblacional es vergonzoso en algunos casos. Cada nueva construcción de edificios de inútiles departamentos que parecen cajas de cartón es/será una pesadilla para millones de familias, les quitarán agua para privilegiar grandes construcciones.
Qué comprobación tan amarga: todo se permite. Drenar hasta aniquilar un río como si de agua sucia se tratara, con la única finalidad de “expandirnos”. Sin duda estamos cavando una necia tumba…buena iniciativa sería detener indefinidamente los permisos para seguir construyendo aberrantes edificios que resultan hostiles ya para la ciudad. No podemos seguir así. Repaso una y otra vez las abstracciones cósmicas de los ocho murales flotantes del mexicano David Lach en la estación Santa Anita, camino, después me detengo frente a Un paisaje de color para todos [2002] del francés Gerard Economus, la luz se filtra bellamente. La línea verde agua [línea 4] es muy especial por una razón: jamás te llevará de forma directa al Sur o Centro, darás afortunadas vueltas para encontrar las conexiones que te permitan llegar a esos dos puntos tan buscados. Trayecto elíptico-solitario muy bello en sábado.