Los síntomas más comunes del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) son problemas para mantener la atención en tareas que no son importantes o significativas para ellos, dificultad para controlar conductas impulsivas y para controlar la hiperactividad.
Sin embargo, estas manifestaciones se presentan “en niños pequeños con desarrollo normal”, explica el paidopsiquiatra Francisco R. de La Peña, pero cuando se vuelven crónicos, continuos y genera problemas en el funcionamiento se debe de considerar realizar estudios para obtener un diagnóstico oportuno, que es “precisamente durante la infancia; no obstante, algunas personas pueden ser diagnosticadas en la adolescencia e, incluso, hasta la edad adulta”, señala.
El diagnóstico “se debe establecer a partir de una evaluación clínica cuidadosa donde existan multi-informantes y de esta manera tener la certeza de un diagnóstico acertado, que le permita a la persona con TDAH recibir un tratamiento que mejore su funcionamiento en la vida”, puntualiza el especialista.
Y es que, debido a la falta de especialistas, incremento de casos y detección tardía, se agrava la situación de las personas que padecen este padecimiento, poniéndose en riesgo, por lo que el “TDAH se podría convertir en un problema de salud pública en México”, advierte.

Tratamiento multisistémico
Para el investigador del Instituto Nacional de Psiquiatría, los tratamientos en esta especialidad necesitan ser multisistémicos y multimodales: "un psiquiatra, por sí solo, rara vez puede abordar todas las variables de atención necesarias para sus pacientes”, indica.
De la Peña sostiene que el tratamiento farmacológico es fundamental para garantizar una buena calidad de vida en pacientes diagnosticados con TDAH, “se ha demostrado que el metilfenidato es el medicamento de primera línea en el tratamiento”, afirma..
Detalla que este fármaco tiene la ventaja de liberación prolongada, que actúa disminuyendo los síntomas durante todo el día y que permite que una persona con TDAH sea funcional. Además, asegura que tiene un buen perfil de seguridad y sus efectos colaterales como puede ser la disminución del apetito son pasajeros. En caso de que el tratamiento se suspenda “su actividad en el organismo desaparece y cuando se vuelve a administrar actúa tan eficazmente como actuó el primer día", puntualizó el paidosiquiatra.
Francisco R. De la Peña enfatizó que, si un niño requiere apoyo psicopedagógico, es fundamental contar con un especialista en esta área. “Un número muy importante de niños con TDAH presenta otros diagnósticos psiquiátricos o del aprendizaje, por lo que es esencial contar con un equipo multidisciplinario”.
Crianza positiva, esencial para el acompañamiento
De la Peña Olvera consideró que parte del tratamiento multisistémico es la procuración de un estilo de vida saludable con la dirección de los padres en el caso del menor y un entorno familiar con crianza positiva.
“Y es que, además de disminuir los síntomas del TDAH con los medicamentos, es necesario dar una orientación psicoeducativa para una crianza positiva o, si fuera necesario, una intervención específica para educación a padres, escuela para padres o para terapia familiar, dependiendo de cada caso. Considero que es necesaria la psicoeducación de los papás, para que cuenten con las herramientas necesarias para afrontar situaciones cotidianas”.
El problema, según señala el especialista, es que muchos padres, cuando sus hijos no les obedecen, tienden a gritarles o incluso los agreden de diferentes formas, lo que pone en riesgo la crianza positiva, especialmente si el padre no logra mantener un control emocional adecuado.
Estilo de vida saludable, factor positivo
Para el experto la atención del paciente también debe de ir acompañada de hábitos de vida saludables que implican que duerman bien, porque los niños con deficiencia de atención tienen más problemas para conciliar el sueño; alimentación saludable y promover la actividad física regular.
"Se aconseja evitar alimentos procesados, dulces y chocolates, especialmente en horario vespertino. En cuanto a la actividad física, es fundamental para mejorar los síntomas, por lo que se recomienda realizar ejercicio diario durante al menos una hora, fraccionada o continua. Actividades como la natación y las artes marciales (taekwondo, karate) y el tai chi— son especialmente beneficiosas, ya que fomentan la disciplina y el autocontrol. Asimismo, las actividades que involucran el cuidado de animales, como la equinoterapia, son muy recomendables", finaliza Francisco R. De la Peña.
RRR