En manos de Armando González Torres el ensayo no es solo un camino seguro hacia la reflexión, siempre llena de curiosidad y recelosa de quienes nunca se conceden el beneficio de la duda, sino diálogo con los saberes, las prácticas y tradiciones más dispares. Lo mismo se interesa por los espacios infinitos de la mística cristiana y judía que por los jardines, el andar sin rumbo, los entornos funerarios y las tentaciones de la política. Se diría que tiene disposición para todo, o casi, siempre y cuando depare momentos de dicha intelectual, celebración de la vida y libertad fecunda.
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El lector podrá hacerse una idea suficiente de tal temperamento omnívoro —y risueño y conciliador— tras visitar Libros alegres (El Tapiz del Unicornio), que reúne 63 ensayos de corta extensión, pero muy larga duración. Como aclara en la “Bienvenida”, esta vez González Torres ha elegido a un conjunto variopinto de libros y autores que alientan su “moderado optimismo” —nacido de la búsqueda de preguntas y el asombro, no de una beatitud autocomplaciente— y prosperaron, o prosperan, al margen de la moda y la cháchara mercadotécnica. ¿Cómo se comporta? Dialoga con ellos, valora su impacto en la historia de la creación literaria y el pensamiento, establece un sistema de equilibrios entre la emoción y la claridad racional.
No es de sorprender entonces que Francisco de Asís, George Steiner, Oliver Sacks, Al Alvarez, Giacomo Leopardi, Thomas Merton, Barbara Ehrenreich, Lucia Berlin, Iris Murdoch —y un largo etcétera de levantiscos y heterodoxos— compartan la mesa, como contertulios indiferentes a las restricciones del tiempo y el espacio.
En este entorno de formidable vastedad —pues nos dejamos llevar hacia la poesía, la filosofía, la antropología, la neurología, la crítica literaria, la contracultura, la ciencia, la enología—, descrito sin “las obligaciones de llegar a una conclusión”, como leemos a propósito del sociólogo francés David Le Breton, se pone en juego la intuición de que la mejor escritura es la que elige varios rumbos y renuncia a tomar una sola dirección. Ensayar es caminar, sugiere Armando González Torres, una experiencia en la que concurren el silencio, la contemplación, el sentido de aventura y, por supuesto, aun el riesgo a dejarse envolver por la oscuridad.
Libros alegres
Armando González Torres | El Tapiz del Unicornio | México | 2024
AQ