No se sabe donde hay más viudas, si de Zelenski después de esa terapia de choque con Donald Trump, o de Silvano Aureoles que trae veinte patrullas correteándolo. Así, cualquiera diría que los lamentos boricanos vienen del mismo lugar de la oposición nacional que se cansa de llorar y no amanece.
Pobrecitos los derechairos: Zelenski es regañado por Donald como su mamá nunca lo hizo; un ejercicio público que fue bajón para quienes veían a estos personajes como héroes del mundo occidental, que iban a salvar al planeta de Vladimir Putin, ese comunismo soviético. Todo mientras en Europa se jalan de los pelos al ver que rusos y gringos se repartían alegremente Ucrania.
Lo siento por el sector opositors mexicano que se está quedando huérfano y que por haberse educado con los libros Krauze, creían en Zelensky como en un Yoda dictador que se les desinfló.
Y luego a los opositores les pasó por encima el tráiler de 29 malos de Malolandia, justo fue el se estaban cuajando de amparos, con una pequeña ayuda del muy piñista Poder Perjudicial. Y para acabarla de amolar, apañaron a la banda de Chiflano Aureoles por atracar Michoacán y no revelar dónde quedó el banquito verde de su jefe. Ese estadista que se presume, a mí no me consta pero es lo que dicen las informaciones periodísticas, que financió con 4 mil mdp Latinus-Ladillus de Roberto Madrazo, Loret Lord Montajes y Brozo, el Trujillo ultraderechoso. Aquí el problema no es que esos recursos invertidos para un proyecto derechairo de comunicacion, que no sirvió de nada para levantar a Xóchitl Gálvez, no se vale. Resultó tan irrelevante como la dotora Dresser, Cascabel Hernández y los paleros de Alazraki, no puede ser.
Lo más pior es que a Aureoles Conejo le recordaron su lado más humanista cuando, rodeado de guaruras, salió valientemente a empujar a un maestro que le recordó sus fechorías. Eso, sin olvidar la vez que se plantó en Palacio nacional con su banquito verde para exigir audiencia con López Obrador. Después de que se cansó de atacarlo más que Pedro Ferriz, quería casi casi que lo recibieran con aplausos, un cafecito y tamales de Chipilín.
Malos días para ser opositor y contemplar la abrumadora decadencia de sus ídolos de barro. La pregunta que cunde es quién seguirá en la lista negra. No creo que sea Calderón, si él es bueno, santo y puro.
Lo único que espera la oposición es que Trump aplique lo de los aranceles. A la Opo se la trollearon más que a Karla Sofía Gazcón en los Oscares.