Desde la perspectiva oficial, hubo un total de 288 mil 464 defunciones acumuladas por la pandemia del COVID-19.
De esa manera, México fue el cuarto país de mundo con mayor número de muertes por COVID-19, después de los Estados Unidos, Brasil y la India.
Empero, una comisión independiente de investigación sobre la pandemia que integra a la cifra oficial - las muertes en exceso relacionadas con COVID-19- asegura que fueron 808 mil 619 los mexicanos fallecidos por la pandemia (El País: 01-05-2024).
Estas muertes es justo precisarlo: “pudieron haber sido evitadas con una mayor (y mejor) intervención gubernamental, pero una combinación de desventajas estructurales frente a la crisis sanitaria con graves y repetidas fallas de liderazgo y gestión de la pandemia” no impidieron esos fallecimientos. ¿Cuántos mexicanos no tuvieron un familiar o un conocido por COVID?
A la par de esas dos cicatrices sangrantes y ya purulentas (la violencia y la pandemia) que han llenado de larvas nuestro cuerpo social, desde 2017, México es el país laboralmente más estresado del mundo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.
Datos del IMSS indican que, previo a la pandemia, “México ya figuraba como uno de los países con mayor fatiga por estrés laboral; pues, al menos 75% de sus trabajadores padecía esta condición, por encima de los niveles de China (73%) y Estados Unidos (59%)” (IMSS: 30-04-2025).
Por sí fuese poco, un estudio del Instituto Mexicano de Finanzas apunta que “en una comparativa internacional entre 35 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se encuentra en el último lugar de productividad laboral, por acumular un descenso del 6.3% entre 2015 y 2023”. (01-13-2025).
¿Puede el mexicano promedio considerarse feliz cuando sabe que su vida pende de un hilo de manera cotidiana por dos cicatrices purulentas: la violencia y la pandemia?
¿Puede él imaginarse feliz cuando está estresado por su trabajo y tiene una baja productividad laboral cada día de su vida?
Le pregunto a usted, apreciado lector: ¿cree usted que esa felicidad colectiva sea el resultado de la propaganda oficial de la 4T y de la entrega masiva de programas sociales?
Dio en el clavo, porque esa gente, es la que otorga un 85% de aprobación a Claudia Sheinbaum y corona a la irracionalidad madre del autoritarismo populista.
canekvin@prodigy.net.mx