El acuerdo de Paz fue llevado a un plebiscito nacional no vinculatorio en el cual ganó el NO por 67 mil votos.
Con este resultado triunfaron las fuerzas retardatarias enraizadas en la polarización de un pasado borboteante de violencia y sangre.
Las elecciones de 2018 reprodujeron esa polarización entre la Gran Alianza por Colombia (Iván Duque -neoliberal) y Gran Coalición por la Paz (Gustavo Petro-populista).
Y la reafirmaron en las elecciones de 2022 con la Coalición Anticorrupción (Rodolfo Hernández- liberal) y el Pacto Histórico (Gustavo Petro- populista).
Cualquiera pensaría que la imaginación esperanzada de ese país toparía ahí. Pero no.
Desde esa división rabiosa surgió una tercera opción: con la Coalición Colombia (2018) y con el Centro Esperanza (2022) con Sergio Fajardo.
Su candidatura en ambos casos, alzó la bandera de la decencia entre el fuego graneado de sus contrincantes para cambiar la política desde sus raíces.
En las dos elecciones sus contrincantes lo acusaron de débil, indeciso o gelatinoso por tomar distancia del rencor visceral e irracional de ellos.
Sin embargo, Sergio no cayó en provocaciones y replicó desde la política de la decencia basada en principios.
En la cual, los medios determinan el fin. No, como Maquiavelo lo pensaba, sino al revés; para afirmar así, la integridad, es decir, la consistencia y la coherencia de su visión política.
Por ello, Fajardo no se preguntaba en aquel entonces o ahora: ¿Cómo ganamos para gobernar?
Sino: ¿cómo llegamos al poder, para luego gobernar sin abandonar nuestros principios? Porque sólo así, asegura “podemos adquirir la confianza de la gente para reconstruir el sentido de la política”, el presente y el futuro de nuestro país.
Este país es Colombia, tan parecido a nuestro México.
¿Seríamos capaces de rescatar, desde la polarización social y política que vivimos, el poder de la decencia y de la ética para construir una tercer vía de corte ciudadano que construya el camino de reencuentro y reconciliación entre nosotros, los mexicanos?
Mientras pensamos y decidimos, Fajardo será el candidato a vencer en las elecciones presidenciales de 2026.