Hasta el momento y de forma objetiva, a México no se le han puesto aranceles tan lesivos por parte de los Estados Unidos, ha sido más ruido que realidades, muchas amenazas que al final no se concretan, sin embargo, estas amenazas generan incertidumbre, la cual impide tomar decisiones a futuro y al final es lo que está generando daño económico a nuestro país e incluso a la economía de los Estados Unidos.
Si las empresas con cierto grado de seguridad pueden prever cómo se comportará la economía en el futuro, van a tomar decisiones sobre sus inversiones con determinación, pero sí en cambio ven incertidumbre, riesgos o posibles problemas, van a frenar sus decisiones hasta tener un panorama más claro.
Ese es el escenario que está generando Donald Trump, uno de incertidumbre, porque a pesar de que un porcentaje muy pequeño de sus amenazas se concretan, lo cierto es que las empresas no saben que sí y que no se va materializar, y ante la duda actúan con cautela, detienen sus inversiones y en algunos casos hasta su producción.
No es casual que grandes gigantes de la industria automotriz como Ford, General Motors o Stellantis han visto en los últimos meses como el precio de sus acciones pierden valor, lo mismo pasa con las tiendas online como Amazon y Ebay, así como con la mayor parte de las compañías de la Bolsa de Valores de Nueva York.
No se trata de pérdidas de valor catastróficas, pero si daño a sus ingresos que repercuten de forma negativa en la economía de los Estados Unidos y de muchos otros países como México.
Un ejemplo es Coahuila, que es un campeón regional en la atracción de inversión extranjera, en donde cada semana o máximo cada 15 días se abría una nueva empresa y creaba nuevos empleos bien remunerados, sin embargo, ante la llegada de Trump las empresas siguen viniendo pero a un menor ritmo y ello se debe a que no tienen claro el panorama de los aranceles.
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