Si sueles terminar tus comidas en menos de 20 minutos, es momento de desacelerar. Expertos advierten que comer rápido no solo puede hacerte ingerir más alimentos de los necesarios, sino que también afecta la digestión y aumenta el riesgo de obesidad.
Además, comer rápido no solo afecta la cantidad de alimentos que consumes, sino también la forma en que tu cuerpo procesa lo que ingieres. A continuación, te explicamos cuáles son los riesgos de esta práctica, así como algunos consejos que dan los especialistas para cambiarlo.
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Según Leslie Heinberg, del Centro de Salud Conductual de la Clínica Cleveland, el estómago tarda aproximadamente 20 minutos en enviar señales al cerebro indicando que está lleno. Comer rápidamente puede hacer que ignores estas señales, aumentando la probabilidad de comer en exceso.
Además, las personas que comen de prisa tienden a tragar más aire, lo que puede causar hinchazón o indigestión. También es más difícil absorber los nutrientes cuando los alimentos no se mastican bien.
Riesgos de comer demasiado rápido
- Mayor riesgo de obesidad: las personas que comen rápido tienden a ingerir más alimentos antes de que el cerebro registre la saciedad.

- Problemas digestivos: tragar más aire al comer rápido puede causar hinchazón o indigestión.
- Menor absorción de nutrientes: no masticar bien los alimentos dificulta la digestibilidad y el aprovechamiento de los nutrientes.
- Riesgo de atragantamiento: comer rápidamente puede aumentar la posibilidad de que los alimentos se atoren en el esófago.
¿Cómo puedes reducir la velocidad al comer?
- Evita distracciones: apaga la televisión y deja el teléfono para centrarte en tu comida.
- Usa la mano no dominante: esto te obliga a ser más consciente de cada bocado.
- Prueba utensilios diferentes: comer con palillos puede ayudarte a moderar el ritmo.
- Haz pausas: bebe agua entre bocados y mastica más veces antes de tragar.
La psicóloga Helen McCarthy sugiere que los alimentos ultraprocesados se comen más rápido debido a su textura suave.
Optar por proteínas y verduras puede ayudarte a comer a un ritmo más saludable. Además, prestar atención al sabor y la textura de los alimentos puede hacer que disfrutes más la comida y evites el exceso.
Sarah Berry, científica de la empresa británica ZOE, recomienda estar presente en cada comida: "Si no somos conscientes de lo que estamos comiendo, es más fácil ingerir más de lo necesario".
Cambiar la forma en que comes puede parecer complicado al principio, pero pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia en tu salud y bienestar.
Con información de AP.
YRH