Como ya se va acostumbrando el mundo, los gritos y sombrerazos de Trump siempre traen letra chiquita a la hora de examinarlos. Eso no quiere decir que los gritos y sombrerazos sean celebrables o no traigan consecuencias negativas para todo el mundo, incluido México y, sí, Estados Unidos.
Todo estaba listo y todo el mundo ansioso porque era el 2 de abril el día que se sabría qué era exactamente lo que Trump haría y qué era aquello de los “aranceles recíprocos” para todo el mundo.
Pues no, ayer en la mañana nos enteramos de que en el caso de los automóviles, industria enorme, el anuncio sería ayer.
Y fue. Una vez más, Trump hizo un anuncio sin muchos detalles, le puso nombre a lo que hizo y lo que viene con los aranceles: “Día de la Liberación”; firmó, insultó una vez más a Joseph Biden, dijo un par de mentiras sobre su tiempo en la presidencia y luego habló de TikTok (no es broma).
Las acciones de muchas compañías estadunidenses comenzaron a caer en las bolsas, ejecutivos de las mismas entrevistados por la prensa comenzaron a prever caídas en producción y venta; el sindicato de obreros de esas mismas empresas celebró el anuncio.
Una hora después, los detalles. La publicación de la proclama y la letra chiquita: “En el caso de los automóviles que califican para el trato arancelario preferencial bajo el T-MEC, los importadores de dichos automóviles pueden presentar documentación al secretario que identifique la cantidad de contenido estadunidense en cada modelo importado a Estados Unidos.
“‘Contenido estadunidense’ se refiere al valor del automóvil atribuible a partes totalmente obtenidas, producidas en su totalidad o sustancialmente transformadas en Estados Unidos. A partir de entonces, el secretario podrá aprobar las importaciones de dichos automóviles para que sean elegibles para aplicar el arancel ad valorem de 25 por ciento en la cláusula (1) de esta proclamación exclusivamente al valor de los automóviles no estadunidenses, contenido del automóvil”.
Por lo pronto, se respeta el T-MEC, pero el nuevo proceso de revisión de contenido que se ha vuelto para muchos vehículos un asunto multinacional tardará meses y ya veremos a cuántos y cuánto afecta.
Es decir, la buena es que parece que hay respeto por el acuerdo; la mala, que la incertidumbre que detiene la inversión y el crecimiento permanece.